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viernes, 30 de septiembre de 2011

¿La educación es una ruina? del blog cigarrasyhormigas

¿La educación es una ruina? Gaudeamus igitur

Iuvenes dum sumus. Todo está mal para casi todo el mundo. También para las personas con estudios universitarios, como señalan los medios oportunamente y por desgracia experimentan hoy en día muchos jóvenes en nuestro país. Los universitarios pueden arruinarse, incluso los americanos. Bien está. O sea, mal. Pero es natural que también a un universitario a veces le puedan ir regular las cosas. ¿Sigue siendo conveniente invertir en educación superior? ¿No hay demasiados universitarios ya en España?
Empecemos por esta última cuestión a partir del análisis del Informe sobre el crecimiento y la competitividad de la economía española 2011 de la Fundación BBVA-Ivie, presentado justo antes de las vacaciones veraniegas. Lo de si hay demasiados universitarios o no tiene el riesgo de convertirse en un problema como el de la botella medio llena o medio vacía. ¿Demasiados respecto a qué o quién? Una opción sensata es compararnos con otros países teniendo en cuenta el nivel de desarrollo, por ejemplo medido como el PIB per cápita a paridad de poder de compra (o sea, teniendo en cuenta que los precios son más altos en unos países que otros).
Viendo eso, uno podría decir que no parece haber demasiados universitarios, especialmente si nuestro objetivo es alcanzar a los países más ricos que nosotros. Quizá el problema no es que haya demasiados universitarios, sino que estamos añadiendo demasiados nuevos universitarios. ¿Van demasiados jóvenes a la universidad? Veamos las tasas de matriculación, el porcentaje de jóvenes en edad de estudiar en cada nivel que lo hace.
Desde luego en España muchos van a la universidad. Más que en algunos países, menos que en otros. Nada demasiado llamativo. En realidad, sí se percibe un problema: pocos jóvenes españoles cursan estudios secundarios más allá de los obligatorios. Pero claro, ese no es un problema de exceso de educación sino lo contrario.
¿Vale, pues, la pena estudiar? Los datos de la OCDE en su reciente Education at a Glance 2011 sobre los costes y beneficios (privados y públicos) asociados a diferentes niveles educativos son muy ilustrativos, aunque en esta cuestión se basen en información de 2007 y evidentemente rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras. Por ejemplo, en el caso de los EE.UU. la estimación del valor presente neto privado (o sea para el estudiante) a lo largo de toda la vida es de 323.808 dólares. Hay que tener en cuenta que en esa cifra neta ya se han descontado los costes de matrícula y los salarios no percibidos al no trabajar mientras se estudia, así como las mayores cotizaciones sociales y pagos en el impuesto sobre la renta (debidos a los mayores sueldos de un universitario). Tampoco parece mala inversión para el presupuesto público. El valor presente neto para el sector público (diferencia entre los beneficios, como aquellos obtenidos en forma de mayores ingresos impositivos, y el gasto público ligado a esa educación) se estima en 193.584 dólares por graduado. El negocio parece redondo aunque, por supuesto, no está exento de riesgo: no todos los estudiantes se gradúan, muchos tardan demasiado tiempo, algunos graduados generan valores mayores que el estimado y otros menos.
¿Y en España? Las estimaciones de la OCDE indican que el valor presente neto privado (para el estudiante) era de 95.320 dólares y el valor neto presente para el sector público de 29.582 dólares. El valor de ir a la universidad es sin duda menor en España que en Estados Unidos, pero mayor que en Dinamarca y Suecia. Deberíamos esforzarnos en que fuese mayor, seguro que sí, y es evidente que existen muchas ineficiencias en las universidades españolas (como en otros ámbitos educativos y no educativos, públicos y privados de nuestro país). Sin embargo, el valor es positivo tanto para el estudiante como para el sector público. Ambos reciben más de lo que dan. El resultado esperable es que, teniendo en cuenta todos los beneficios y costes a lo largo del tiempo, cada graduado suponga una ganancia para sí mismo y para el presupuesto público. Cuanto mejor funcionen las universidades españolas mayor será la ganancia. También cuanto mejor sea la utilización de los recursos humanos por parte de las empresas. Y la forma en que esa ganancia se reparta entre valor privado o público dependerá del sistema de financiación de la educación. Y método de financiación y eficiencia podrían estar relacionados. Y hay muchos trabajadores universitarios en puestos que no requieren esa cualificación. Y la equidad también importa. Claro que sí, pero eso, como diría Akiro sobre Conan, eso es otra historia. Y no cabe en estas 755 palabras.

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